Querido dolor de cabeza, cuántas veces te
he echado de menos, cuántos momentos te has perdido, nunca quise que arrasaras
todo a tu paso. Me dejaste mal herida, aún sabiendo que me esforcé para que no
pasara esto…Ya estamos a Noviembre y la gente sigue asustada
con eso de que se acaba el mundo. ¿Sabes esas pequeñas
cosas que hay dentro de ti? Pues creo que el otro día cuando por fin me digné a
sacar la cabeza de debajo de las sábanas, me di cuenta de que tenía 16 años, estaba
en un momento clave de mi vida a un paso de la nada y a otro de la realidad que
me encontraba tan bien que ya nada podía salir mal. La
parte en que te das cuenta de por qué no funcionó con nadie más.
Te escribo para que sepas que todavía te
echo de menos, aunque a veces no lo parezca. Porque eras el único que a pesar
de los problemas, de todas mis malas decisiones y de todos esos fallos
cometidos seguía a mi lado haciendo que me planteara todo esto que me pasaba
que por algo era y ahora gracias a ti, sé que me hacías sufrir para que me
diera cuenta de que todavía me quedaba mucho por vivir y esto solo era el duro
y difícil principio de la vida que yo misma estoy construyendo.
Por eso y más, GRACIAS.
Un giorno a rompere il sfortuna. Tredici.
No hay comentarios:
Publicar un comentario